5 consejos para sacar el máximo de tu tiempo de escritura

Abel Amutxategi
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Muchos de vosotros recordaréis que le di un descanso a este blog en verano. Aproveché para replantearme cómo quería continuar y para tomarme unas pequeñas vacaciones de mí mismo, por qué no admitirlo, pero el principal objetivo de ese parón era el de trabajar en una novela que tenía entre manos.

La novela en cuestión se titula ‘Su muerte, gracias’ y trata sobre un vendedor de suicidios fracasado que intenta conseguir su primer cliente para impresionar a su despótico jefe, a la sazón padre de su novia-casi-ya-futura-esposa.

El problema llegará cuando, al hacerlo, siembre un caos que obligará a intervenir a una Muerte un tanto peculiar.

Como todos habréis deducido, la novela es una mezcla de humor y fantasía. Desde aquí quiero aprovechar para pediros que visitéis el blog que he abierto para hablar sobre esta novela y que sigáis todo lo relacionado con ella si os parece un proyecto interesante.

Pues bien: lo cierto es que no pude terminar la primera versión de la novela dentro de plazo y ahora, cuando tengo mucho menos tiempo debido al trabajo y a unas obligaciones familiares con las que estoy más que encantado, estoy teniendo que aprovechar todo lo posible el poco tiempo que tengo para trabajar en ella.

Por eso quiero compartir hoy con todos vosotros estos 5 consejos que me están ayudando a conseguir precisamente eso: sacar el máximo rendimiento de mi tiempo de escritura.

Establece una rutina

Por lo que dicen los expertos, son necesarios 21 días para establecer, modificar o romper un hábito. No sé cómo de bien o mal diseñados están son los estudios en los que se suele basar esta afirmación, pero en lo que a mí respecta es totalmente cierta.

Cada vez que he adquirido un buen hábito escritor y me he tomado unas vacaciones (cosa más que normal cuando uno está escribiendo un trabajo largo como puede ser una novela) luego me ha costado horrores volver a adquirir el hábito de escribir con una mínima regularidad.

Por eso lo mejor es dedicar un rato diario a escribir, como ya indicábamos en la entrada dedicada a cómo vencer la siempre tentadora procastinación.

No es necesario escribir demasiadas palabras cada día y no es necesario hacerlo siempre a la misma hora, pero sí es necesario hacerlo todos los días.

Yo por ejemplo me rijo por unos “eventos” que, a pesar de que no sucedan todos los días a la misma hora, sí que me dan una sensación de estabilidad (por si alguien tiene curiosidad, suelo escribir desde que se acuesta mi hija hasta la hora de preparar la cena). Pero el establecer una rutina hace que la maquinaria literaria se mantenga bien engrasada y, sobre todo, siga funcionando también durante todo el tiempo que pasamos lejos del ordenador o del cuaderno.

Así, cuando llegue la hora indicada y nos volvamos a sentar a escribir, las palabras brotarán de un modo más fluido y más dirigido que si lleváramos días sin abrir el grifo de nuestra creatividad.

Planifica tu objetivo

Es difícil que aprovechemos nuestro tiempo al máximo si no sabemos qué es lo que queremos sacar de cada una de nuestras sesiones de escritura.

Por eso es muy importante hacer un pequeño esquema inicial en el que anotemos qué sensaciones queremos transmitir en la escena en la que estamos a punto de ponernos a trabajar, cómo cambiarán nuestros personajes a lo largo de esa escena y, en caso de que sea necesario, qué información no podemos olvidarnos de incluir para que la escena encaje lo mejor posible con el resto del manuscrito.

El objetivo de esta planificación es doble: por una parte conseguiremos escribir más palabras en el mismo tiempo al no tener que pararnos a pensar cada dos por tres cómo podríamos seguir ahora, y por otra (si todo va bien) lograremos que eso que hemos escrito necesite menos correcciones que si lo hubiéramos escrito más a la ligera.

consejos para publicar un libro

Apaga Internet

Internet es un lugar maravilloso que nos permite tener acceso a recursos de los que no hubiéramos podido disfrutar de otro modo… pero también es una gran fuente de distracciones.

Por eso, como ya nos recomendaba Jonathan Franzen hace algún tiempo, lo mejor que podemos hacer es desconectarnos de la red para escribir. Y no me refiero sólo a desconectarnos del correo electrónico y de las redes sociales como Twitter o Facebook, sino que también de los diccionarios en línea, los buscadores de sinónimos, las enciclopedias electrónicas, etc..

Ya tendremos tiempo de corregir todos los datos incorrectos y todas las palabras con las que no estamos del todo contentos una vez terminada la primera versión del manuscrito.

En definitiva, mi consejo es que…

No te detengas

Volviendo sobre la analogía que hemos utilizado más arriba, la escritura es como una gran tubería por la que fluyen las palabras hasta que se vuelcan sobre el papel. Todo irá bien mientras esas palabras no dejen de fluir. Pero, si cerramos el grifo que hace que fluyan, tendremos que estar preparados para hacer frente al hecho de que nos cueste volver a coger ritmo otra vez.

A veces es difícil dar forma a una frase por mucho que uno sepa lo que quiere decir. Y a veces a uno le gustaría saber cuál es el metal más duro, el río más caudaloso o la galaxia más lejana para utilizar esos datos en su novela. Pero más vale dar esa frase por válida al cuarto o quinto intento y poner una marca bien visible en el lugar en el que necesitemos esa información que nos falta, antes de estropear una buena hora de trabajo.

A todo esto, la respuesta a las preguntas de arriba es el cromo, el río Amazonas y, a día de hoy, la galaxia IOK-1 😛

Ignora a tu editor interior

¿Conoces a tu editor interno? Es esa voz interior que te dice que no sirves como escritor, que los tres párrafos que llevas escritos hoy no son más que basura y que, si algún día llegas a terminar tu manuscrito, jamás lograrás publicarlo por mucho que lo corrijas.

Se hace querer, ¿verdad?

Pues ahora yo te voy a pedir que ignores todo lo que te dice esa voz… pero sólo durante el tiempo que estés escribiendo, porque sus amables aportaciones te serán muy valiosas en la fase de corrección.

Ernest Hemingway dijo que “el primer borrador de cualquier cosa es una mierda”. Y creo que él sabía mucho más sobre el arte de escribir que cualquiera de los aquí presentes.

La función del primer borrador no es la de dar como resultado una novela ya terminada, sino la de ayudar al autor a encontrar la historia que quiere contar.

Una vez no tengamos que preocuparnos ya por la historia que queremos contar, pasaremos a preocuparnos de las palabras con las que la hemos contado en ese primer manuscrito y cambiaremos todo lo necesario: añadiremos y eliminaremos frases, párrafos, escenas, cambiaremos de sitio secuencias completas, etc.

Ahora que sabemos qué es lo que hemos querido contar desde un principio, nos será mucho más fácil la labor de corrección.

¿Qué te parecen estos consejos? ¿Quieres compartir con nosotros alguna otra técnica que uses para sacar el mayor rendimiento posible a tu tiempo de escritura?

¡Ah! Y no olvides darle una oportunidad a ‘Su muerte, gracias‘. ¡Te gustará! (o no, claro).

Gracias por leer…

42 comentarios en «5 consejos para sacar el máximo de tu tiempo de escritura»

  1. Pingback: Bitacoras.com
    • Refrescantes sus consejos amigo Abel, y me llegan en el mejor momento porque a mis 51, he decidido incursionar en el mundo de la escritura y por el momento, tengo pensado comenzar por el formato de narrativa corta, específicamente, el cuento.
      Para ello ya estoy pronto a tomar un curso de «escritura de cuentos», dictado por un reconocido instituto de letras de Caracas, en nuestro amado país Venezuela.

      Saludos y gracias por escribir lo práctico y sencillo de digerir.

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      • Nunca es demasiado tarde para empezar a escribir, y ya verás como esos 51 años son una edad perfecta para hacerlo. Te deseo la mejor de las suerte en ese género de la narrativa corta. Si he de ser sincero, soy de los que creen que es mucho más difícil dar forma a un buen cuento que dársela a una buena novela.
        Seguro que ese curso te sirve de mucha ayuda.
        Espero que nos leamos por aquí, gracias por tu comentario…

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  2. Me ha gustado mucho la entrada. Soy de las que no tienen rutina diaria y de las que corrigen mientras escribe con la página de la RAE y el diccionarios de sinónimos al lado 🙁
    Aunque quizá me cuesta poco escuchar a mi «editor interno» porque nunca ha mostrado ese carácter tan desagradable del que hablas; el mío es más bien un alma cándida que me dice amablemente que esto es más bonito así o asá 🙂 Será por eso que no me cuesta nada hacerle caso…
    En fin, que una vez más, alguien me recuerda que estaría bien ser más regular con la escritura (suspirín).

    Un saludo

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    • Mi editor interno es especialmente malvado cuando estoy metido en un proyecto largo. Puede soportar que «pierda» una semana en escribir y corregir un relato, pero en cuanto empezamos a hablar de un proyecto de muchos meses me empieza a recordar que «debería» estar haciendo cosas de mayores en lugar de escribir.
      Como decía en la entrada, se hace querer, sí 🙂
      ¡Abrazo!

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  3. ¡Muy buena entrada! Estoy de acuerdo en lo que dices, sobre todo en lo de apagar Internet y en la rutina. Y, en cuanto a la voz interna, la mía es bastante mala…

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  4. Escribo desde los catorce años, empecé con la poesía que creía fácil de hacer cuando tracé, sin saberlo (sólo surgieron), mas después descubrí que no era así ya que impone muchas normas, bastantes estilos, formas y retóricas.
    Ya dominado (según Yo) este género pasé, sin siquiera darme cuenta al cuento, un género que me fascina por toda la belleza que emana, todo lo que se puede decir con tan sólo unas líneas, la belleza de su final.
    Ahora, después cuatro años, estoy tratando de convencerme de hacerme un hábito para lograr pasar a la novela, ya tengo la idea madura en mi mente, pero soy un desordenado vago que aún no logro sonsacarme a emprender ese viaje a la novela.
    Espero pronto poder lograrlo, y espero poder llegar a ser bueno en esto.

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    • Respeto esta postura, pero no me siento de acuerdo. Yo tengo muchísima pasión, pero esa misma pasión me desborda en ocasiones. Hay que ser profesional (como se comenta en otra entrada en ese mismo sitio) al momento de escribir, tomárselo con seriedad y la pasión no siempre se algo en serio.
      Decir que con la pasión es suficiente, es como decir que con el talento lo tienes todo y ambas cosas son falsas. Sin trabajo el talento se pudre y se muere el talentoso.
      Para mi (respetando al que no lo vea de igual forma) la pasión es solo el 10% de un todo.
      Saludos,
      Agatha.

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      • Yo creo que la pasión, ese pequeño porcentaje del que habla Agatha, es la que hace posible todo ese esfuerzo que hace falta para tratar de ser profesional haciendo algo que, reconozcámoslo, es muy difícil que alguna vez nos dé de comer como tal.
        Si esa pasión, creo que no es posible escribir un proyecto largo. Pero sin ese 90% restante de esfuerzo y de, como decía Agatha, profesionalidad, creo que es imposible que ningún proyecto llegue a tener una mínima consistencia.
        ¡Gracias por comentar!

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  5. Muy bueno Abel, lo de establecer una rutina y no parar me parecen perfectos, desde luego cuesta muchísimo retomar. Lo del editor interno es una pelea, vivimos en un constante tira y afloja, él se ríe de mi, pero como yo tambien me río, al final nos entendemos y lo del planeamiento, aunque sea un poco caótico, me parece imprecindible. Un abrazo.

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  6. Ver películas. Ese es el vicio que aportilla mi proceso escritural. Cuando me siento seca veo películas, pero como que me vuelvo idiota al cubo y paso horas y horas completamente embobada.
    En fin… los consejos me vienen bien, como tirón de orejas. Por que uno sabe cuando está metiendo la pata con sus propios sueños. Y también sabe la o las soluciones. En mi caso: Disciplina. Me falta ese importante factor. Y no ver películas, obvio jajaja…
    Pero estamos trabajando en todo esto y en más 🙂 saludos y gracias por la entrada.
    Agatha.

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  7. La saludes a comer como leer a escribir. Otro tip que me gusta compartir es el utilizar el tiempo de lectura en tiempos en que normalmente no se lee, como hacerlo en el transporte público, en un banco en la fila de espera e incluso hasta en el baño, ¿por qué no? Esto hará que el tiempo que le dedicamos a la lectura se lo podamos dedicar a esas páginas en blanco. Además, creo que también es importante divertirse, salir, conocer, hacer ejercicio, pues el escribir, por mucho que nos guste, igualmente nos presiona. Una hora de ejercicio a la semana es muy buena y fructífera.

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    • De hecho, y para deleite y diversión de mis amigos y conocidos, yo tengo la costumbre de leer hasta cuando voy caminando por la calle. Los lectores de libros electrónicos han hecho mucho más cómoda esa labor, porque antes tenía que cargar con cada mamotreto… 😉
      Totalmente de acuerdo en eso que dices del ejercicio: ¡ayuda a despejar muchas dudas y a afrontar el trabajo intelectual de un modo mucho más productivo!

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  8. Hola. Acabo de llegar y este artículo es el primero que leo de tu blog. Me ha resultado muy interesante. Siempre he querido escribir algo, y nunca he podido hacerlo. Y me da mucha rabia. Voy a seguir leyendo tus artículos, a ver si esta vez lo consigo.

    Un abrazo.

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  9. Personalmente, y relacionándolo con el articulo, a la hora de escribir me siento como una noria: a veces estoy arriba y a veces abajo. Vamos, que hay días que estoy muy motivado pensando que tengo que seguir esforzándome para, por lo menos, publicar algo algún día, que tengo que escribir a diario, y así lo vengo haciendo desde hace meses, y en cambio otros días, estoy hecho polvo y no tengo otra cosa en la cabeza que abandonar este sueño, porque veo que no es más que eso: un sueño de juventud enquistad. Algo que jamás me dará de comer ni siquiera en alguna de sus variantes(no hablo ya de escribir un best seller)

    En fin, supongo que si llevo desde los quince años escribiendo por algo será, siempre quedará algo ahí y no va a resultar tan sencillo librarse de "eso". Lo cierto es que lo que más me ha preocupado siempre ha sido dejarlo del todo, por obligación o por falta de tiempo o por lo que fuera, y las etapas en las que no he escrito nada, sinceramente, siempre he notado que me faltaba algo, no me he sentido bien conmigo mismo…

    Un saludo!y perdón por la chapa!

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    • Lo de perdón ni en broma, que aquí estamos para darnos la chapa todos mutuamente… je, je.
      Me temo que muchos de los que pasamos por aquí tenemos esa misma "adicción", aunque al leerte me he puesto a pensar en por qué tiene que justificar uno el hecho de seguir escribiendo a pesar de tener un trabajo, una familia, etc., y sobre todo a pesar de saber que no va a vivir de ello nunca.
      Esa misma pregunta no se la hacemos al aficionado a los coches o al fútbol, ¿verdad?
      ¡Abrazo!

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  10. Eres FANTASTICO! estos consejos sirven PERO MUCHISSISISMO!!!
    te lo agradezco un monton, por que gracias a ti, podre cumplir mi sueño!!
    Gracias!!!!!!!!!!! 🙂

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    • Gracias a ti por pasar por el blog y detenerte a comentar.
      Esto de escribir es un trabajo muuuuy largo y, la mayor parte de las veces, solitario. Así que ten muy claro que si lo consigues va a ser por todo lo que te has esforzado tú. ¡No te quites mérito!
      Eso sí: si estos pequeños consejos ayudan un poco… yo contento de que lo hagan 🙂

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  11. Hola soy nuevo leyendo ¿cómo escribir un libro?- sin morir en el intento- Y todo me ha parecido increíble porque tengo casi 20 años tratando de escribir profesionalmente, y cuanta historia escribía la desechaba por pensar que eran cosas que a nadie le interesarían; y que no era buen escritor esa forma de pensar me llenaba de desanimo y luego me sentía miserable por no creer en mi, y así fueron pasando los años y fui dejando de escribir cayendo en una total Procastinación (palabra que acabo de aprender gracias a ustedes) Con todas mis historias dando me vueltas en la cabeza sin atreverme a comenzar a escribir, siempre esperando el mejor momento o esperando resolver mis problemas económicos y fugándome en los vicios surgidos de la pereza y el desanimo, otro de mis pretextos también era no tener conocimientos de la estructura literaria y buscando en Internet encontré este lugar y me ayudaron a quitarme muchos pretextos, y sobretodo me han dado una enorme ayuda para poder empezar a escribir mi primer historia profesionalmente, le estoy profundamente agradecido por la ayuda y la información, ya me suscribí y esperare con un gran gusto las entradas que envíes a mi correo. He sido escritor desde los once años y mi problema fue que nunca lo creí pero con su valiosa ayuda se que podre recuperar la primera historia que escribí a esa edad. Mil gracias y nos estaremos leyendo. Atte Yeshua V.R.

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  12. Entiendo lo que dices, no soy jovencito aunque escribí mi primer relato a los 19 años, q ya no lo tengo xq fui tirando lo q escribía y hace unos años dejé de hacerlo, y tengo guardado varios cuentos cortos en el muro y notas de facebook mio, Hicd talleres literarios que me han estimulado y logrado esas produccionnes, pero desearía encontrar el deseo de escribir x mi propia iniciativa y lograr una novela q puede originarse como una idea nueva o bien reescribir temas de mis cuentos y hacerlos novelas. Creo q lo importante es documentarse, sea estudiando o investigando y q salga lo que salga, xq luego podrá corregirse o reescribirse. Ahora soy un medico psiquiatra jubilado con formacion psicoanalítica con trastornos de la visiónq dificultanmis lecturas y escrituras, pero me ha hecho bien dar esta respuesta xq me abre puertas de ideas para desarrolar. Atte Juan Carlos.

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  13. ¿Es que a una computadora personal se le llama "ordenador" en estos días? Cuando estaba en Cuba, a los «ordenadores gigantes», que necesitaban aire acondicionado para funcionar, se les llamaba computadoras. Disculpe, pero como ahora vivo en los EE. UU. todo lo relacionado con la cibernetica e información electronica lo aprendí en inglés. Gracias.

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