10 preguntas para descubrir si tu novela funciona 2/2

Abel Amutxategi
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La semana pasada desarrollamos las cinco primeras preguntas de este listado de 10 preguntas que te ayudarán a descubrir si tu novela realmente funciona o no… y que sobre todo te ayudarán a encontrar sus puntos débiles y corregirlos antes de hacer público tu manuscrito.

¿Seguimos con la número seis?

6. ¿Estás empleando más de un tono emocional?

Si estás escribiendo una novela, es muy posible que estés escribiendo un trabajo de género. Y cuando hablo de genero no me refiero sólo a las historias de terror, fantásticas o policiacas, sino que también a las novelas sobre abuelos entrañables que hayan tenido una vida muy pero que muy complicada, cineastas o fotógrafos ciegos, niños inocentes que nos hacen ver la verdad de la vida o… en general cualquier novela que estemos escribiendo a partir de un claro modelo dibujado en nuestra cabeza como resultado de muchas lecturas.

Es importante que, sea cual sea el tono emocional de nuestra novela, intercalemos en ella pasajes de otros tonos para que el resultado se parezca lo más posible a la vida real. En una novela de terror debe haber espacio para las escenas ligeras que le hagan liberar tensión al lector (esto también tiene mucho que ver con el ritmo narrativo), en las novelas humorísticas debe haber escenas serias en las que se vea todo lo que hay en juego para el protagonista, etc.

Si sólo empleamos un tono emocional, el resultado final será un pastiche monótono y con escaso interés más allá de saber cómo continúa la historia. Si la vida está compuesta por toda una infinidad de tonos y gradaciones emocionales, ¿por qué ceñirnos a un solo color?

7. ¿Hablan igual todos los personajes principales?

Como ya comentamos en la entrada ‘8 consejos para escribir mejores diálogos’, es conveniente que todos nuestros personajes principales hablen de un modo diferente para que el lector pueda distinguirlos. De otro modo, se cansará de pasar de un personaje monótono a otro personaje monótono. La mejor prueba que podemos hacer para averiguar si estamos cometiendo este error es la de leer alguno de nuestros diálogo tapando las acotaciones y tratar de adivinar qué personaje es el que está hablando en cada instante.

8. ¿Es fácil distinguir entre sí a todos los personajes secundarios?

La división entre Personajes Redondos y Personajes Planos es una división clásica en el mundo de la narrativa. Los Personajes Redondos serían esos personajes protagonistas a los que dedicamos toda nuestra atención y que nos esmeramos por caracterizar adecuadamente. Los Personajes Planos, en cambio, son esos que aparecen sólo para avisar a nuestro protagonista de que alguien lo llama por teléfono mientras está cenando en un restaurante, o para venderle un paquete de galletas, o tal vez para ponerle una multa por exceso de velocidad.

Como no es necesario ahondar en esos personajes secundarios más allá de hacerles cumplir con su función narrativa, siempre corremos el riesgo de caracterizarlos demasiado poco y convertirlos a todos ellos en un gran personaje sin forma que aparece de cuando en cuando, ahora bajo la forma de un policía, ahora bajo la forma de un camarero.

Un modo sencillo y efectivo de caracterizar a estos personajes secundarios es el de otorgarles un sello distintivo que se grabe fácilmente en la mente del lector. Es lo que algunos autores llaman “el parche en el ojo del pirata”. Asignemos a cada uno de nuestros personajes secundarios un rasgo característico. Uno solo. Puede que vayan paseando a tres perros de pequeño tamaño cada vez que aparecen, o que cojeen, o que lleven gafas de sol estando en el interior de un edificio, o que sean extremadamente altos…

Será suficiente con un rasgo, siempre y cuando ese rasgo sea único en nuestra novela.

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9. ¿El viaje del protagonista empieza lo más atrás posible?

Siempre hay un protagonista adecuado para cada historia y una historia adecuada para cada protagonista. Y el protagonista más adecuado para nuestra historia será aquel que tenga que hacer un viaje más largo para llegar a la que hemos marcado como la resolución de nuestra historia.

Si la cosa se trata de aprender el valor de la espontaneidad, el protagonista podría ser un oficinista gris acostumbrado a planearlo todo hasta el último detalle… pero no un oficinista gris cualquiera, sino el más gris de los oficinistas posibles. Para hablar sobre el valor que todos tenemos dentro, en cambio, podríamos elegir a un cobarde que se alista en el ejército en tiempos de paz para seguir los pasos de su padre y que termina teniendo que demostrar una heroicidad fuera de lo común en el campo de batalla.

En definitiva: debemos preguntarnos si el personaje que hemos elegido como protagonista es el más adecuado para contar la historia que queremos contar. Y si no lo es, debemos cambiarlo por el bien de todos.

10. ¿Remite la historia a un sentimiento primario que todos puedan compartir?

Los sentimientos a los que hace referencia la búsqueda de nuestro personaje principal deberían ser unos sentimientos primarios que cualquiera pueda compartir.

Si nuestra historia trata sobre un coleccionista de sellos que intenta conseguir el único ejemplar que le falta a su colección por el único placer de verla completada, será muy difícil que los lectores lleguen a interesarse por lo que sucede en ella. Para que llegaran a interesarse, deberíamos hacer que hubiera algo más en juego. En el caso límite, deberíamos hacer que al protagonista le vaya la vida en esa búsqueda.

Y es que todas las novelas son eso en última instancia: una lucha por la supervivencia ya sea de forma literal o metafórica.

Así que… recapitulemos antes de despedirnos.

    1. ¿Puedes resumir la novela en una o dos frases?

    2. ¿Es el protagonista quien hace que avance la acción?

    3. ¿Estás dejando que tus personajes narren la historia en lugar de mostrarla?

    4. ¿Es el personaje antagonista lo suficientemente fuerte?

    5. ¿Es la trama cada vez más intensa a medida que avanza la historia?

    6. ¿Estás empleando más de un tono emocional?

    7. ¿Hablan igual todos los personajes principales?

    8. ¿Es fácil distinguir entre sí a todos los personajes secundarios?

    9. ¿El viaje del protagonista empieza lo más atrás posible?

    10. ¿Remite la historia a un sentimiento primario que todos puedan compartir?

Si has logrado responder de forma satisfactoria a estas 10 preguntas, estás ya muy cerca de tu objetivo final: tener una novela que puedas mandar a una editorial o un concurso y que no sea desestimada a las primeras de cambio.

¿Te ha gustado esta entrada? ¿Qué otras preguntas te sueles hacer a la hora de corregir un manuscrito? Háblanos de ello en la sección de comentarios.

Y, si te han gustado estas 10 preguntas, recuerda que nos harías un gran favor compartiéndolas a través de tus redes sociales favoritas.

Gracias por leer…

Fotografía cortesía de Samuel M. Livingston

26 comentarios en «10 preguntas para descubrir si tu novela funciona 2/2»

  1. Pingback: Bitacoras.com
  2. Me ha gustado al entrada. En mi caso en lo que más fallo siempre es, en las correcciones. Corrijo y corrijo y siempre encuentro una pifia, un maldito error que por milésima vez lo había pasado por alto. Es, en ocasiones, agotador y sobre todo frustrante, sobre todo cuando no se cuentan con los medios para pagar a un corrector literario o de estilo. Mi pregunta es ¿los editores desestiman cualquier obra a la primera falta, aunque la historia esté bien contada y sea atractiva? ojalá la próxima entrada sea en referencia al trabajo editorial: cómo trabajan, como eligen un manuscrito, en qué se fijan, cómo lo valoran, qué detalles son los importantes jamás pasar por alto (entendiendo que la buena ortografía es el número uno), etc., etc. Gracias, saludos y buena suerte a todos esos futuros escritores.

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    • La verdad es que llevaba tiempo pensando en subir una entrada sobre el trabajo de los editores, pero creía era algo demasiado aburrido y sobre todo demasiado farragoso como para interesar a nadie. Ahora que veo que sí que interesa a alguien, subiré una entrada sobre este tema en cuanto pueda 🙂

      La cuestión es que cada editorial funciona de forma diferente y que por encima de todas las reglas internas de cada editorial está ese monstruo llamado Mercado. Es una división que no me gusta nada, pero habría que diferenciar entre la literatura comercial y la literatura con aspiraciones de convertirse en Literatura.

      En la literatura comercial se tiende a pasar muchas cosas por alto si la novela trata un tema candente. De hecho, he leído libros realmente malos que se han publicado en editoriales importantes sólo por estar «de moda» su temática (a veces me lo han reconocido los propios autores). Otras editoriales, en cambio, combinan la publicación de valores seguros con el encuentro de nuevas voces a las que no piden ser perfectas, sino tener potencial de convertirse en una voz importante a medio plazo. Y otras sólo publican obras de autores extranjeros que ya han tenido éxito en su país de origen.

      La verdad es que el tema da para bastante. Intentaré ordenar un poco estas ideas y hacer una entrada en condiciones.

      ¡Gracias por tu comentario, Agatha!

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  3. Yo también me apunto, como Agatha, a una entrada sobre editoriales. Me encantaría que en una de ellas hubiera alguien con ese concepto tan claro de la literatura como el que tú tienes. Este mundo me apasiona, tengo una novela escrita y aunque me falta el renombre o el padrino necesario para que una editorial se fije en mí, dicen algo de que la esperanza es lo último…¿cómo era aquello?…
    Gracias por el trabajo.

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    • Sea pues. Yo creo que el mayor problema es que las pocas editoriales comprometidas que conozco son o bien demasiado grandes (muchísima competencia y gran peso de factores como la suerte, caer en gracia, etc.) o demasiado pequeñas (poco presupuesto y pésima distribución… y sin buena distribución no hay libro). De hecho, muchas de esas editoriales «demasiado pequeñas» que NO funcionaban NUNCA a través de esa autoedición ni de esa falsa coedición de las que tanto desconfío (la llamo falsa porque, si echas cuentas, suele ser una autoedición encubierta) han terminado por cerrar.
      Pero bueno… siempre hay vías, y creo que Internet es una herramienta valiosa tanto para crear contactos como para publicar en última instancia.
      ¿Se puede saber algo de esa novela?
      ¡Gracias por el comentario!

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      • Es verdad eso de la «falsa co-edición». En mi caso personal, junto con unos compañeros de taller, enviamos un libro con nuestros cuentos a varias editoriales independientes. Solo de una nos respondieron y fue algo así como «Si, pero no» o sea, nos gusta pero no hay presupuesto (nunca lo hay ¿?) , ahora si quieren publicar… bla, bla, bla… nos adjuntaron la propuesta, más que contablemente bien cuadrada, donde la burrada de dinero que nos pedían por un tiraje ínfimo de ejemplares nos hizo odiar a las edit. independientes y cuestionarnos nuestros sueños de ver publicados nuestros trabajos alguna vez.
        Saludos y espero, con ansias, esa entrada respecto a las editoriales y en qué se fijan en los manuscritos. Si te sirve como dato, una vez leí a un editor que decía que él tomaba el manuscrito, leía la primer página, si le gustaba leí la última, si está también le gustaba, habría el libro en medio y leía la página al azar, si esta también le gustaba… entonces se sentaba a leer el libro completo. Supongo que así como existen escritores y sus manías, también hay editores y sus manías. 🙂
        Saludos y buena semana a todos los que leen este portal.
        Agatha.

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        • La entrada sobre cómo trabajan los lectores y editores en principio está preparada para el próximo lunes, pero eso que leíste es algo muy común. ¡De hecho me acabas de estropear más de media entrada! 😉

          El mayor problema que tenemos es que nuestro manuscrito no se lee del mismo modo que se leen los manuscritos de Ken Follet, por mencionar un nombre… y es una lástima.

          Respecto al tema de las coediciones/autoediciones, en honor a la verdad no creo que haya nada malo en autoeditarse. Creo que la distribución es muy importante y que es muy difícil conseguir que tu novela se distribuya bien si te autoeditas, pero si trabajas duro puedes llegar a conseguirlo. Lo que no me parece mal es que te vendan una coedición a precio y servicios de autoedición, que es lo que te sucedió por lo que comentas y lo que le sucede a la mayoría de la gente que coedita de este modo.

          ¡Gracias por tu comentario, Agatha!

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  4. Yo me apuntaría a una entrada que nos enseñara cuándo debemos dejar de correjir… ¡Siempre hay algo! Es como el polvo. Crees que has limpiado y cuando te das la vuelta…

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    • Bufff… ¿he oído a alguien decir que esa es la pregunta del millón? Tenemos que ser conscientes de que siempre nos va a quedar algo por corregir. Yo soy de los que creen que la perfección no existe, y si existiera no creo que fuéramos a conseguirla tan pronto. Para mí uno debe dejar de corregir una historia cuando ya no puede aprender más de ella y necesita moverse a la siguiente para evolucionar, pero repito que eso es algo muy personal, es sólo lo que pienso yo.
      Apuntada queda la idea para hacer una entrada y que podamos debatir un poco entre todos.
      ¡Gracias por tu comentario!

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  5. Buff, llevo toda la mañana leyendo vuestros consejos(y aún me queda)
    Estoy pasando por una etapa en la que no dejo de escribir, a pesar de que nunca lo dejé del todo, pero con miras a hacer algo ya un poco más serio e importante, si es que lo consigo.
    He ganado algún concurso(de hecho mañana recojo el segundo premio de un certamen de cartas)y estoy quedando finalista en varios otros.
    Como es fácil agradarme y no tengo trabajo, con cosillas así me voy conformando, pero lo dicho, siento que necesito hacer algo más grande…Son muchos años escribiendo y escuchando que a la gente le gusta y, los menos, me animan a que haga algo relacionado con escribir. Y aquí sigo.

    Muchas gracias por la página.

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  6. Intentando escribir un libro, que hace muchos años que empece, el primer borrador solo tenia 40 paginas. con la entrada en escena de un personaje secundario, las paginas se han multiplicado.y a cada nueva idea que tengo se crean mas historias. me gustaría saber por que pasa eso.

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    • Difícil responder a eso… ja, ja. Muchas veces las historias toman vida propia. Hay quien prefiere dejarse llevar a ver dónde terminan por llevarlo los personajes… yo prefiero estructuras la historia primero para que no me pasen esas cosas.

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  7. Es necesario mencionar el espacio en una historia? es decir la ciudad. Supongo que no se puede poner una ciudad lejana sin siquiera conocerla del todo o es posible solamente no mencionarla o sólo inventarla

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  8. Estimado Abel,
    Acabo de terminar de escribir el primer borrador de una novela. Es una historia que desde hacía muchos años quería escribir pero que por miles de razones no me salía. Muchos personajes, escenarios complejos, el punto de vista, etc.
    En febrero decidí sentarme a escribir «así como me salga» y ahora en agosto acabo de terminar la primera versión. Llegué al final, una historia de unas 300 páginas. Sin embargo, me encuentro ahora en una disyuntiva, no sé por dónde empezar a mejorar la novela, porque mi voz ha variado a lo largo de toda la historia, además mi forma de narrar. Lleva cuatro partes. Y el estilo de la cuarta parte es la que más me gusta, mientras que en la primera no lo sé, hace mucho tiempo que la escribí y se ve una gran difenrencia.
    ¿Qué me sugieres hacer? ¿Trabajar a fondo la última parte? ¿O empezar otra vez por el principio? ¿Reescribir la novela?
    Gracias por tu ayuda.
    Saludos, Susana

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  9. Me han parecido sumamente interesantes, las diez preguntas, como posible aporte creo que se podría incluir otra, como: ¿De cuantas palabras consta tu novela? Porque se dice por ahí que puede estar dentro del rango de la 70,000 a las 120,000 palabras y no se aconseja que sea mayor, para efectos de iniciar en el mundo de la publicación. que opinan ustedes.

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